España sigue siendo uno de los principales destinos turísticos a nivel mundial. En 2023, recibió 85,1 millones de visitantes internacionales, superando ligeramente los niveles previos a la pandemia de COVID-19 [1]. Esta actividad turística representa el 13,1% del PIB español y genera más de 2,8 millones de puestos de trabajo [2]. Sin duda, el turismo continúa siendo un pilar fundamental de la economía española.
Sin embargo, este alto volumen de visitantes ha generado en ocasiones problemas de masificación, saturación de infraestructuras y conflictos con la población local, especialmente en algunas zonas del país. Ciudades históricas como Barcelona, Mallorca o San Sebastián han sufrido los efectos negativos de la «turismofobia», con protestas ciudadanas y propuestas para limitar el número de turistas [3]. Asimismo, espacios naturales frágiles como las Islas Canarias o el Parque Nacional de Picos de Europa han visto amenazados sus delicados ecosistemas por la presión turística [4].
Ante esta situación, es imperativo que España apueste decididamente por un modelo de turismo de calidad en vez de un modelo de turismo de cantidad. Esto no significa limitar drásticamente el número de turistas, sino más bien asegurar que el crecimiento turístico sea sostenible a largo plazo, tanto desde el punto de vista económico, como social y medioambiental.
La importancia de medir la sostenibilidad turística
Un paso clave en esta dirección ha sido el desarrollo por parte de Turespaña, el organismo estatal de promoción turística, de un sistema de indicadores para medir la sostenibilidad del turismo a nivel nacional, regional y local. Este sistema, denominado «Sistema Integral de Medición del Turismo Sostenible» (SIMTS), abarca una amplia gama de aspectos relacionados con la sostenibilidad turística [5].
Según Enrique Santisteban, director general de Turespaña hasta 2023, «el objetivo no es limitar el número de turistas, sino garantizar que el crecimiento turístico sea sostenible a largo plazo» [6]. Los indicadores desarrollados por SIMTS permiten evaluar el impacto del turismo en ámbitos clave como:
– Sostenibilidad económica: Indicadores como la estacionalidad, la diversificación de la oferta, la rentabilidad de las empresas turísticas o el gasto medio por turista.
– Sostenibilidad social: Indicadores sobre la capacidad de carga de los destinos, la percepción de los residentes, el empleo turístico o la accesibilidad.
– Sostenibilidad medioambiental: Indicadores relacionados con el consumo de recursos naturales, la gestión de residuos, la movilidad sostenible o la protección de espacios naturales.
Esta visión integral del turismo sostenible es fundamental, ya que permite evaluar el impacto del sector de forma holística, más allá de los meros indicadores económicos. Santisteban subrayaba la importancia de involucrar a todos los agentes (públicos y privados) en esta medición y en la toma de decisiones para mejorar la sostenibilidad [6].
Un enfoque colaborativo para un turismo más sostenible
Pero medir la sostenibilidad turística no es suficiente. Es crucial que todos los agentes implicados -administraciones públicas, empresas turísticas, organizaciones sociales y la propia ciudadanía- se involucren activamente en este proceso. Sólo desde un enfoque colaborativo y con una visión a largo plazo se podrá transitar hacia un modelo turístico más equilibrado y respetuoso con los destinos.
Las administraciones públicas, a nivel nacional, regional y local, deben liderar este cambio de paradigma. Han establecido políticas, planes y programas que incentivan la sostenibilidad turística, a la vez que regulan y controlan los aspectos negativos del turismo. Algunas medidas clave implementadas en 2023 son:
– La aplicación de sistemas de gestión de flujos turísticos, como limitación de accesos, reservas previas o redistribución de la afluencia en ciudades como Barcelona y Mallorca.
– El fomento de la diversificación de la oferta turística, más allá de los modelos tradicionales de «sol y playa», a través de programas de promoción de nuevos productos y destinos.
– La inversión en infraestructuras y servicios públicos que mejoran la calidad de vida de los residentes y la experiencia de los turistas, como la mejora de la movilidad sostenible.
– El fortalecimiento de la gobernanza turística, con mayor participación de los agentes locales en la toma de decisiones, como en el caso del nuevo Plan Estratégico de Turismo de Galicia.
Otro actor clave en la promoción de un turismo de calidad en España está siendo la Confederación Española de Asociaciones Profesionales de Guías de Turismo (CEFAPIT). Como asociación, la mayor asociación de guías de turismo en todo el país, es un firme defensor de la sostenibilidad en el sector. En 2023, CEFAPIT impulsó la campaña «Descubre España con un guía oficial», resaltando el valor añadido que aportan los guías expertos a la experiencia de los visitantes. Además, la asociación participa activamente en los procesos de planificación y gobernanza turística a nivel local y regional a través de sus Asociaciones Regionales, aportando la perspectiva de los profesionales del sector y propuestas para mitigar los efectos negativos del turismo masivo. Gracias a nuestra labor, la figura del guía de Turismo profesional se ha consolidado como un agente fundamental para ofrecer un turismo de calidad, que preserve los recursos y genere beneficios equilibrados para las comunidades locales.
Por su parte, las empresas turísticas han asumido un papel más proactivo en la sostenibilidad. Han adoptado prácticas respetuosas con el medioambiente, promovido el empleo de calidad y la inclusión social, y colaborado estrechamente con las administraciones y la comunidad local. Algunas iniciativas interesantes implementadas en 2023 son:
– La certificación de sistemas de gestión ambiental y eficiencia energética en cadenas hoteleras como Meliá y NH Hotel Group.
– El desarrollo de programas de responsabilidad social corporativa que benefician a las comunidades locales, como los proyectos de turismo comunitario impulsados por Paradores de Turismo.
– La participación de empresas turísticas en los procesos de planificación y gobernanza turística de sus destinos, como en el caso del Consorcio de Turismo de Lanzarote.
Asimismo, las organizaciones sociales y la propia ciudadanía han tenido un papel más relevante. Han sido agentes activos en la definición de los modelos turísticos de sus comunidades, aportando sus inquietudes, necesidades y propuestas. Iniciativas como la Carta Europea de Turismo Sostenible en Espacios Protegidos o el Foro Ciudadano de Turismo Sostenible en Baleares son buenos ejemplos de este enfoque colaborativo.
Especialmente en las zonas más tensionadas por el turismo, esta apuesta por la calidad es aún más necesaria. Ciudades históricas, espacios naturales frágiles o comunidades locales que han sufrido los efectos negativos de la masificación turística requieren soluciones integrales que preserven sus valores patrimoniales, medioambientales y socioculturales.
Un ejemplo paradigmático es el caso de Barcelona. Esta ciudad, que en 2023 recibió 27 millones de visitantes, ha sido pionera en la implementación de medidas para gestionar de forma sostenible su turismo [7].
Estos esfuerzos han permitido que Barcelona, a pesar de seguir siendo un destino muy demandado, haya logrado mitigar algunos de los problemas de masificación y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Sin duda, es un ejemplo a seguir para otros destinos que enfrentan retos similares.
Liderando el cambio de paradigma hacia un turismo sostenible
En definitiva, España ha dado pasos importantes en los últimos años para liderar un cambio de paradigma en el turismo, situando la sostenibilidad en el centro de su modelo de desarrollo. Sólo así podrá garantizar que el turismo sea una actividad verdaderamente beneficiosa para sus destinos y su población a largo plazo.
Para ello, se han implementado estrategias y acciones concretas que han permitido transitar hacia un turismo de calidad, en lugar de un turismo de cantidad. Algunas de las claves han sido:
- La consolidación y expansión del Sistema Integral de Medición del Turismo Sostenible (SIMTS) desarrollado por Turespaña, que ahora cuenta con datos actualizados hasta 2023 y que informan la toma de decisiones.
- El fomento de la colaboración entre todos los agentes implicados -administraciones públicas, empresas turísticas, organizaciones sociales y ciudadanía- en la definición e implementación de políticas y planes turísticos sostenibles.
- La priorización de la diversificación y desestacionalización de la oferta turística, más allá de los modelos tradicionales de «sol y playa», a través de programas de promoción de nuevos productos y destinos.
- La inversión en infraestructuras, servicios públicos y programas de sensibilización que mejoran la experiencia de los turistas y la calidad de vida de los residentes.
- El impulso a la innovación y la digitalización del sector turístico, para optimizar el uso de los recursos y ofrecer nuevos productos y servicios más sostenibles.
- El fortalecimiento de la gobernanza turística, con una mayor participación y empoderamiento de las comunidades locales en la toma de decisiones.
Estos avances han posicionado a España como un destino líder en turismo sostenible a nivel mundial. Un destino que no sólo atrae a millones de visitantes, sino que también preserva y protege sus invaluables recursos naturales, culturales y sociales.
[1] Estadísticas de Turespaña sobre llegadas de turistas internacionales a España en 2023. [2] Datos del INE sobre la contribución del turismo al PIB y el empleo en España en 2023. [3] Artículos de prensa sobre los conflictos entre turistas y residentes en ciudades españolas en los últimos años. [4] Informes sobre los impactos del turismo en espacios naturales protegidos de España hasta 2023. [5] Información actualizada sobre el Sistema Integral de Medición del Turismo Sostenible (SIMTS) de Turespaña. [6] Entrevista a Enrique Santisteban, ex director general de Turespaña, en Hosteltur. [7] Artículos sobre las medidas de gestión sostenible del turismo implementadas en Barcelona hasta 2023.
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